martes, 26 de julio de 2011

PROLOGO DEL LIBRO DE MONTSE BALDRICH "LA NOCHE TAMBIEN ES BLANCA"

Hace unos años tuve la fortuna de conocer a Montse. Es una
persona de esas que, cuando tu vida se cruza con ella, no sabes si
es real o es un ángel enviado a la tierra con alguna misión.
Lo cierto es que a lo largo de este tiempo, hemos tenido múltiples
ocasiones para charlar sobre los caminos insondables y
misteriosos de la mente humana. Me impresionó la pasión con la
que buscaba respuestas, preguntaba y preguntaba insaciablemente,
queriendo saber, queriendo entender, queriendo hacer algo.
Y claro que lo ha hecho, creo que con su obra, en mi opinión
magnifica tanto en la forma como en el contenido, manejando
magistralmente la emoción para llegar a la razón, a la
comprensión de lo que significa verdaderamente la enfermedad
mental desde los que de verdad la sufren: el paciente y los que que
aman.
Hace unos días, me llego por email uno de esos power points que
recorren el mundo de ordenador a ordenador y que, en muchas
ocasiones, transmiten cierta dosis de sabiduría popular.
En el, un personaje pregunta a un paciente si padecía locura y éste
le contesta “no padezco locura, la disfruto”....tras unos minutos,
cuando la sonrrisa ya se haia borrado de mis labios y comencé a
reflexionar sobre la sabia respuesta.
Es cierto que la locura, técnicamente llamada esquizofrenia, puede
generar en quien la padece un verdadero infierno. En el transcurso
de mi ejercicio profesional lo he visto en multitud de pacientes,
pero también es cierto que, una vez compensada la fase aguda, nos
encontramos con personas realmente diferentes, muchas veces
persisten síntomas como ideas delirantes o alucinaciones, que no
solo no hacen sufrir al paciente sino que le permiten tener una vida
interior satisfactoria donde frecuentemente son protagonistas. Y no
es menos cierto que, como ha sido objeto en múltiples debates en
congresos psiquiátricos, bajo el titulo de “genio y locura”, nos
damos cuenta que realmente, “para ser un genio hay que estar
loco”, en el sentido de que es esa característica esencial de la
locura, la de poder percibir la realidad y procesarla de una forma
muy diferente a como la hacen el común de los mortales.
He visto muchos pacientes que han sido tratados, medicados con
un solo objetivo: hacer desaparecer cualquier síntoma de la
enfermedad, con lo cual, si bien antes se usaban camisa de fuerza
de tela, ahora se les pone la camisa de fuerza química, dejando
completamente anulado al paciente. Ciertamente ya no delira ni
alucina, pero tampoco tiene sentimientos, emociones y casi es
incapaz de pensar.
No es ese el camino. El paciente debe ser tratado exclusivamente
para que deje de sufrir o sufra lo menos posible, pero conseguido
eso, hemos de aceptarlo tal y como es, con su forma de estar en el
mundo diferente, comprendiéndolo, no excluyéndolo, potenciando
todo lo que es capaz de hacer y crear, que en muchas ocasiones es
mucho.
Creo que Montse ha realizado un trabajo de investigación y
creación magnifico y nos enseña en esta obra, que la mejor de
todas las medicinas es, como siempre, el amor......gracias Montse.
Dr. Antonio García – castrillón Sales
Médico Psiquiatra

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